Informe sobre estrategias de promoción de la actividad física en el entorno laboral. GENUD Toledo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la actividad física como (OMS, 2018): “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía”. Según esta organización, la inactividad física es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad por enfermedades no transmisibles. Concretamente señala que “aquellas personas que realizan bajos niveles de actividad física tienen un riesgo de mortalidad entre un 20% y un 30% mayor al compararlas con aquellas personas que realizan un nivel suficiente de actividad física”. Sin embargo, según un informe
realizado por la Unión Europea, el 60% y el 67% de los españoles no practica ningún tipo de actividad física moderada o vigorosa, respectivamente (Union, 2017).
En este sentido, y circunscribiéndonos al ámbito laboral, se estima que los trabajadores a tiempo completo suelen pasar aproximadamente un tercio del día en el lugar de trabajo (Tudor-Locke, Leonardi, Johnson, & Katzmarzyk, 2011), lo que se ha comprobado que está asociado con más tiempo sentado y menos tiempo caminando/de pie que los días de ocio (McCrady & Levine, 2009). No contrarrestar este tipo de conductas, podría provocar la adopción de comportamientos sedentarios en el entorno laboral, reduciendo el incentivo para la realización de actividad física (Hupin et al., 2019).

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INFORME TÉCNICO

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