Personas Mayores |
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2000, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en España (34.9%). Además, el deterioro de la condición física se asocia a perdida de calidad de vida. Varios de los problemas de salud que afectan a nuestros mayores tienen que ver con problemas cardiovasculares que se ven potenciados por la obesidad y los perfiles lipídicos adversos. La actividad física cotidiana favorece la reducción de grasa corporal, un perfil lipídico mas saludable y por supuesto, el aumento o el mantenimiento del consumo de oxigeno (VO2max). El VO2max se considera el parámetro definitorio de la condición física capaz de predecir el riesgo de mortalidad por todas las causas. Su capacidad de predicción de riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular (por encima de factores de riesgo clásicos como la hipertensión, hipercolesterolemia, tabaco, sobrepeso y comparable a la edad) se ha puesto de manifiesto recientemente en un estudio publicado en la prestigiosa revista “Circulation” (Myers, 2003). Por tanto, las personas mayores aumentaran su calidad de vida, si se aumenta su condición fisica.
Las fracturas óseas debidas a la osteoporosis o al debilitamiento óseo son otro gran problema socio-sanitario de nuestro país, que afecta especialmente a las personas mayores. La actividad física no puede poner remedio a la perdida de masa ósea alcanzada, pero puede ser muy eficiente en la prevención de fracturas. La práctica de ejercicio físico favorece el aumento de la fuerza (hasta mas del 100% en muchos casos), también mejora la agilidad, la coordinación y la movilidad, lo que previene las caídas, que son el principal causante de las fracturas óseas en las personas mayores. Datos recientes apuntan a un efecto beneficioso de la práctica regular de actividad física sobre el mantenimiento de la función cognitiva. Esto, unido a la importancia de evitar deficiencias subclínicas en las personas mayores, forma una triada preventiva “casi” perfecta para poder alcanzar los objetivos de la OMS.
Por tanto, los efectos beneficiosos de la actividad física sobre la salud en los mayores pasan de manera específica y directa por el mantenimiento y mejora de la función músculo-esquelética, osteo-articular, cardio-circulatoria, respiratoria, endocrino-metabólica, inmunológica y psico-neurológica.