Adolescentes |
La comunidad científica tiene asumido que al igual que los niños, los adolescentes necesitan la práctica regular de actividad física para sustentar el crecimiento y la maduración normales. Tampoco en este grupo se ha descrito específicamente la cantidad ni el tipo de actividad diaria más recomendable.
Se ha observado que la frecuencia de enfermedades cardiovasculares y diabetes ha aumentado en hombres y mujeres. También se sabe que la mayoría de los adolescentes obesos siguen siéndolo cuando son adultos, y que la prevalecía de obesidad juvenil se ha disparado. España es el país europeo cuyo perfil de aumento de la obesidad infanto-juvenil es más semejante al de EEUU, por lo que de no tomar medidas efectivas, las prevalecías en torno al 25% actuales se pueden ver superadas con creces.
Estudios recientes ponen de manifiesto que tanto los chicos como las chicas adolescentes que practican actividad física o deportiva en horarios extraescolares (al menos 3 horas a la semana), tienen unos porcentajes de grasa muy inferiores a los de los chicos y chicas de sus mismas características, pero con una práctica de actividad física limitada a las clases de educación física. También se ha observado que aquellos niños que mantienen una práctica deportiva habitual y constante durante los años de crecimiento puberal mejoran su condición física y su capacidad cardiorrespiratoria, llegando a valores un 5% superiores a los de los adultos sanos. Mientras tanto, sus compañeros sedentarios continúan manteniendo su capacidad como cuando eran 3 años más jóvenes. Durante el crecimiento, la práctica de ejercicio físico también previene el aumento de grasa corporal, potencia la hipertrofia muscular y la acumulación de contenido y densidad mineral ósea. Todo esto debería traducirse en unos adultos más sanos, con menos riesgo de sufrir enfermedades crónicas (hipertensión, enfermedad coronaria, diabetes tipo 2, osteoporosis).
Por tanto, la aparente disminución de la actividad física realizada por los adolescentes en las pasadas décadas, el reciente aumento de prevalecía de obesidad en los jóvenes en el mundo, la aparición durante la adolescencia de factores de riesgo para varias de las enfermedades propias de la edad adulta (cardiovasculares y metabólicas) y el posible papel de la actividad física en la reducción de los riesgos de enfermedad, parecen conducir a la necesidad de establecer programas de intervención para educar en la práctica de ejercicio físico en este grupo especial de población. Asimismo, requiere de un estudio exhaustivo el conocer las razones por las cuales la mayoría de los adolescentes que han practicado deporte en los años infantiles lo abandonan en torno a la edad de 13 años. Este es uno de los grandes asuntos pendientes que tenemos que afrontar si no queremos que el esfuerzo realizado durante la etapa infantil se vea minimizado durante la etapa adolescente.
- PROCEDIMIENTOS
- Reconocimiento Médico-Deportivo
- Evaluación Deportiva-Motora Inicial